jueves, 23 de abril de 2009

La perfecta contraposición del post anterior, que parece opuesto pero es lo mismo

Termino con una serie de flequillos de curro que tenía por ahí (un texto para un libretico de un CD de Ningoonies, las últimas ediciones de los textos de Mondo Pixel, un pensarme una charla que doy el martes en Segovia...) para contemplar la lista de lo que toca ahora. Lo que tocará esta semana a ratos. Y confirmo aterrorizado que, a no ser que surja un trabajo sorpresa, pesado y bien pagado (que todo puede pasar, aunque está el panorama de un árido francamente descorazonador), no hay trabajo mecánico ni mercenario en perspectiva. Todo lo que me espera a partir de aquí y durante unas cuantas jornadas es tarea creativa, todo para ponerme a prueba. Algún cuento a medias, la eternamente pospuesta idea para los tebeícos que a ver si la cerramos ya, los planteamientos de guión del demonio, el tercer Tempus Fugit, todas esas cosas que en el anterior post, como aún era todo ello futurible, y yo estaba cargado por las obligaciones de Mondo Píxel, lo veía ansiable y jugoso. Ahora quizás todo se rebela demasiado desafiante, demasiado complicado, demasiado laberíntico.

A veces me pregunto si sirvo para algo más que para apostillar obras ajenas. Supongo que es el momento de enterarse de una vez.

1 comentario:

Javi dijo...

Sirve. Desde luego que sirve: más que Mackie, Lobdell y compañía. O, poniéndonos patrios, más que Rafa Marín. Lo jodido es convencer. Qué puto mundo en el que lo jodido es convencer, aún teniendo los argumentos.

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