miércoles, 15 de abril de 2009
Cien mil dedos en la sién
Si por algo estoy deseando acabar de una vez con Mondo Pixel, dárselo al editor y que haga cosas aburridas y castradoras, propias de editores, es para volver a la ficción. Para terminar esa cosita de cinco números a la que solo le falta un remate que, para variar, intentaré que no sea un desastre absoluto. Para plantearme que quizás Tempus Fugit tenga una vida inesperadamente breve. Para retomar un encargo que está sin empezar y que aún solo en mi cabeza ya parece que se ha vuelto del revés y palpita muy mío. Para volver a hacer cosas poco rentables en lo pecuniario, cosas poco de editor y muy de necio barruntador.
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