Borro por primera vez un post que tenía prácticamente acabado para Pero eh. Se trataba de una discusión robada del Focoforo, a colación de que Rafael Reig habla en su blog, con un tono hiriente e ingenioso, ingenio quizás digno de mayores metas, de cómo Auster y Vila-Matas pusieron en duda la preparación de los lectores, que a veces no entienden sus obras. Estaba dispuesto a defender la opción de Auster y Vila-Matas, un poco por hacer la contra, un poco porque la argumentación de Rafael Reig me parece demasiado demagógica, demasiado mitinera, demasiado de predicar para los conversos. Pero borro mi argumentación y borro también el semiconvencimiento de que Auster y Vila-Matas pueden ser unos bordes pero no les falta razón, inmerso en unas cuantas dudas. Vamos, que no me aclaro.
Nunca he sido un elitista de la cultura. Ya he tenido discusiones con gente mucho más inteligente y preparada que yo, porque tiendo a sacar las uñas cada vez que alguien menosprecia una forma menor de cultura, se llame serie B, se llame género o se llame subproducto. Pero a veces también entiendo a los creadores, y cómo tienen que encogerse de hombros ante la incomprensión que sufren algunas de sus obras. Hace nada sufrí una bicéfala y desconcertante sartenada de opiniones negativas sobre un par de cositas de ficción que había escrito. Por una parte, críticas sobre un guión que, lamentablemente, no comparto. No me queda otra que rascarme la coronilla y pensar que lo que he escrito no ha sido entendido. Por otra, alguien leyó otro guión salido de mi teclado y me puso muchas, pero muchas pegas. En un noventa por ciento, eran muy razonables: las asimilé y ahora estoy en un proceso de reescritura del que saldrá una obra muy superior a la anterior versión, gracias a esas críticas que (espero) he sabido asimilar y aprovechar.
La cuestión es que, aún con mi superego por bandera, sé ver problemas, sé ver opiniones que cambian y sé ver perfiles, pero también sé que soy yo el que está escribiendo y el que está ofreciendo ideas, y el receptor no siempre tiene por qué estar en disposición de recibirlas apropiadamente ni entenderlas de principio a fin. Entiéndanme, y por eso, insisto, borré el borrador (¿qué es eso? ¿ultraborrar?) del post original, para matizar: nada más lejos de mi intención que menospreciar al receptor cultural. Pero no hay más que visitar cuatro blogs y dos foros para darse cuenta también de que el público, a veces, no es que no esté preparado. Es que parece idiota.
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