jueves, 21 de mayo de 2009

Estaba claro

Es posible, muy posible, que cuando una chica se va de casa llevando bajo el brazo el DVD de Sillas de Montar Calientes, algún manga de Maruo y aquel libro sobre psychokillers y casos forenses llamado Los Carniceros que publicó Valdemar hace años, se sienta uno tentado de hacer conjeturas. Pero me las ahorro: las conjeturas implican cuestiones, y hay algunas cosas incuestionables.

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