jueves, 13 de agosto de 2009

Y de repente, pienso que igual debería ser bueno

Que debería dejarme de impertinencias, de mirar a según qué gentuza por encima del hombro, de despreciar a quien no escucha la misma música que yo y a quien nunca le interesaron los mismos tebeos que a mí. Por extraño que parezca, soy asombrosa, insoncientemente tolerante con la diferencia de carácter. Puedo sobrellevar una relación cordial con un soberano gilipollas, pero me cuesta aceptar que alguien no vea claro que Crank 2 es la mejor película del mundo. Supongo que por eso me gusta escribir sobre cine, tebeos y videojuegos, donde hay tanto imbécil que educar, y no lo hago sobre psicología o urbanismo, áreas donde soy un auténtico tullido.

El otro día, en una cena con un grupo de amigos no precisamente cerrados de miras, salieron a relucir las películas de siempre, los grupos de siempre, los estilos de siempre. Y me quedé solo, una vez más, en mi cejijunta defensa de actitudes, sonidos e imágenes porque sí, porque yo lo mando. Desde fuera, me vi viejo y lamentable, y no me gustó el panorama. Mis amigos me conocen y no sólo me aceptan, sino que me vitorean las salidas de tono y las palabrotas, las ven tonesinas al ciento por ciento, pero...

Quizás ha llegado el momento de dejar las mayúsculas para los foros y, simplemente, cada vez que alguien sugiera que le dé una oportunidad a un grupo de flojos o a una película somnífera, deba agachar la cabeza, forzar una sonrisa y hacer lo que llevo haciendo desde los quince: correr a casa a refugiarme en una montaña de tebeos inmaduros y celuloide brainless. A lo mejor es esa la forma de prosperar. En la vida, digo.

2 comentarios:

Holdy dijo...

No hace falta que cambie, coño, y al que no le guste que se joda.

Adonías dijo...

No se trata de cambiar, sino de añadir nuevos elementos a la base. Una vez leí que “no cambiamos, sino que nos parecemos cada vez más a lo que realmente somos”… la cuestión es que leyéndole, se me ha ocurrido la idea de que ambos, usted y yo, hemos venido de vacaciones con el avatar cambiado en los foros (metáfora mental tonta, pero ahí está) y nuevas directrices de carácter anexionadas a nuestra forma de ser básica, irreducible e inmutable. Y que quizá, partiendo cada uno desde puntos comportamentales radicalmente opuestos, estamos avanzando inexorablemente hasta llegar a un término medio en el quizá no estemos –anímicamente hablando-, tan lejos el uno del otro. Pensamientos tontos mañaneros.

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